Etimológicamente eutanasia es, «eu» (bueno) y «thanatas» (muerte), muerte dulce.La eutanasia justificaría el derecho a matar, en los supuestos de los moribundos, para suprimir un dolor insoportable y de los de vidas sin sentido los denominados «muertos espirituales» o «vidas sin valor».La eutanasia es el derecho a matar, anticipándose a la llegada de la muerte, para acabar, sin dolor, los sufrimientos de quien se halla afectado por una enfermedad o lesión incurables.
Su intención es suprimir el dolor por una muerte indolora. En la verdadera acepción de la eutanasia tienen que coincidir el método y la intención: el método de la muerte indolora y la intención de evitar el dolor insufrible que padece aquel al que se aplica.
Hay unos planteamientos iniciales que se invocan, para justificarla, primero, y para legalizarla, después. Primero se ha de admitir la existencia de un derecho a la vida. Este derecho postula, una matización, ya que se trata del derecho a una vida acorde con la dignidad humana, es decir, una cierta calidad de vida. Si este derecho a vivir con cierta calidad de vida no es posible a los afectados por enfermedades o lesiones incurables muy dolorosas, será necesario reconocer, frente al derecho a vivir, un derecho a morir sin dolor, para evitar la vida indigna sujeta a un dolor irresistible. En tal caso, y dada la colisión de derechos, habrá que entender que el derecho a morir tiene preferencia sobre el derecho a vivir.
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