La Universidad de Cantabria es la tercera de España que mejor enseña, tras las de Lleida y Pompeu Fabra, según las clasificaciones de calidad de 2008 que elabora la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), presentadas ayer en el Círculo de Bellas Artes, en Madrid, en un acto que fue presidido por los ministros de Educación, Ángel Gabilondo, y Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia; la presidenta de la Fundación, Ana Patricia Botín, y el rector de la UC y presidente del Consejo de Rectores (CRUE), Federico Gutiérrez-Solana.
Según el informe 'La contribución de las universidades al desarrollo', las universidades españolas con mejores valores en el curso 2006-2007 fueron las de Lleida, Pompeu Fabra, Cantabria y, por debajo de ésta, Zaragoza y Salamanca. Los datos del informe anterior situaban a Cantabria en sexta posición y a Zaragoza, en la octava. Además, la institución académica cántabra es, junto a las de Vigo y la Pablo de Olavide, de las que más posiciones han ganado en la atracción de estudiantes de otra provincia en comparación con los datos del curso pasado.
La UC también se encuentra dentro de los diez primeros puestos en el indicador de la calidad investigadora. En concreto, ocupa la séptima posición, por debajo de la Autónoma de Madrid, la de Santiago de Compostela, Barcelona, Autónoma de Barcelona, Córdoba y Granada.
Por debajo de la universidad cántabra y todavía entre las diez primeras, se encuentran Pompeu Fabra, Valencia y Oviedo. La UC es, junto a la Politécnica de Cataluña, la Rovira y Virgil y la de Sevilla, de las que más han mejorado en estos indicadores, con subidas de entre siete y doce puestos.
La Fundación, que preside Ana Patricia Botín, ha elaborado por quinto año consecutivo el Informe CYD, que tiene por objetivo mostrar y promover la contribución de las universidades al progreso económico y social de España.
Según este informe, la Universidad española se comporta de manera «brillante» en la investigación y en la transferencia tecnológica, aunque ha bajado su valoración como motor de desarrollo económico y se necesita prestar más atención a la función docente, la inserción laboral de los titulados y la gobernanza universitaria.
En relación con la autonomía y el gobierno de las universidades, el informe reclama mayor profesionalización e independencia, mayor protagonismo y autonomía de los órganos individuales de gobierno y mayor presencia y más atribuciones de representantes externos a la universidad en los órganos colectivos, incluso un modelo general que pudiera adaptar luego cada comunidad autónoma de acuerdo con sus universidades.
Todo ello facilitaría la toma de decisiones, se favorecería la rendición de cuentas, reducir la endogamia y fomentar las relaciones con agentes económicos y sociales. Se llega a proponer que el rector sea ajeno a la universidad, ni siquiera pertenecer al mundo académico. El documento reconoce el esfuerzo de adaptación del EEES que hacen las universidades, aunque se matiza que en España se ha generado «demasiada confusión» en torno a este proceso, lo que «evidencia» la falta de reformas de base y las resistencias que origina todo intento de cambio.
La tasa de graduación en 2006 fue del 33% de todos los alumnos universitarios que teóricamente deberían haber completado los estudios ese año.
La atracción de estudiantes extranjeros también es escasa, un 1,8 por ciento de todos los matriculados, frente al 8,5 por ciento de la media de la OCDE.
El pleno empleo se da prácticamente entre los doctores, pero sólo el 60 por ciento de éstos cree que su trabajo es afín a sus estudios.
y ahora digo yo ¿ En serio? yo la verdad no me puedo quejar mucho pero que hagan una encuesta a los alumnos tambien.
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