Se trata de un vídeo grabado por una mujer en el que emplea un recurso siempre efectivo: tomarse una foto cada día y juntarlas en una pieza para ver la evolución. Lo escalofriante es que en este caso se trata de una persona que parece ser maltratada físicamente por su pareja.
En las primeras instantáneas la joven aparece sonriente, y prácticamente no se aprecia que en unas fotos tiene una marca roja al lado de la boca. A medida que el vídeo va avanzando, su rostro empieza a evidenciar las consecuencias del maltrato: un ojo morado, marcas en el cuello e incluso una gran herida en la frente.
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