Las presiones de los vecinos de la Plaza de Cañadío y Ensanche de Santander, Casco Viejo, Santa Lucía y calles aledañas para que el Ayuntamiento se tome en serio la aplicación de las leyes contra el consumo de alcohol van dando sus frutos.
El pasado fin de semana agentes de la Policía Local impidieron a los clientes de los bares de la plaza de Cañadío que se alejaran de las inmediaciones del local donde adquirían sus bebidas, requiriéndoles para que no se sentaran en las escaleras, lugar que se ha convertido en una gran terraza al aire libre.
La prohibición se impuso colocando policías en la plaza que impedían a los clientes de los bares 'pasar' con su copa de una linea imaginaria trazada uniendo las dos farolas monumentales allí instaladas. Además, los agentes están consiguiendo que el botellón con bebidas adquiridas en supermercados cercanos ya no utilice las escaleras de la plaza y de la Iglesia de Santa Lucía, para satisfacción de los vecinos y la parroquia.
Los que no se han mostrado tan satisfechos son los parroquianos de los bares, que no han podido disfrutar como hasta ahora de tomar las copas al aire libre sentándose en escaleras o desplazándose por la plaza aprovechando el buen tiempo reinante en las noches santanderinas.
La Policía también ha retomado la visita a los bares (que inició el año pasado) para recordar a sus propietarios que no pueden instalar en las fachadas de los establecimientos repisas para dejar los vasos, ni bancos, toneles, mesas o artilugios de todo tipo que facilitan a los clientes salir a la calle y depositar Los vecinos de la zona se han mostrado este fin de semana encantados con la medida que parece que servirá para que se cumplan las leyes contra el alcohol y las ordenanzas municipales.
Los vecinos han acusado al Ayuntamiento ante los tribunales de que no hace nada para hacer cumplir ni la ley regional de drogodependencias, ni la normativa municipal contra ruidos, ni la Ordenanza sobre la Protección de la Convivencia (aprobada en marzo pasado) y que impide beber, orinar, escupir y gritar y ensuciar la calle.
3 comentarios:
Pues me parece estupendo, ahora, ya sabes, cuando llegue el veranito, el ayuntamiento de Santander se olvida de estos temas, da la sensacion de que tiene miedo a esmpantar al turista.
Saludos
Los vecinos habrán respirado, y es que han sufrido lo suyo, pero es lo de siempre... ¿se respetará siempre y en todo lugar? ¿se cambiarán las costumbres y los ruidos e irán a otro lugar?
No veo un Santander en verano, sin salir a la calle, sin terrazas y demás, vamos que no me lo imagino...
Pude verlo el último fin de semena. De manera muy tímida y permisiva únicamente invitaban a meterse debajo del toldo de los garitos, pero permitían beber a las puestas del local y agruparse en cualquier lugar de la plaza sin bebida en la mano.
Saludos,
JP
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