El cartel de Tío Pepe de la Puerta del Sol es uno de los signos mas reconocidos de la céntrica plaza madrileña. Que ha sobrevivido a todos las reformas de la plaza, inmune a la prohibición del Ayuntamiento de cualquier tipo de publicidad en la zona.
Pues ha tenido que llegar Apple a Madrid con su manzana para que las letras luminosas que coronaban el kilómetro cero desde hace 77 años abandonen la azotea del Hotel París, edificio que Apple acaba de alquilar en la capital.
Parece que Tío Pepe no era demasiado cool para Apple que, con los dos pies ya asentados en la Puerta del Sol, ha rechazado conservar el mítico anuncio de González Byass sobre sus futuras dependencias, el edificio propiedad de la familia Díaz Estrada que próximamente se convertirán en una macrotienda de la firma californiana. La popular botella de jerez, que desde el año pasado se encuentra recibiendo un lavado de imagen en un almacén de rótulos madrileño, no volverá a vigilar desde las alturas la concurrida plaza, ni siquiera cuando, como estaba previsto, finalicen las obras del emblemático hotel que la sostiene.
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