27/10/08

Admirable

Esto es un fragmento de la carta real con la que Blanca se despidió de Quique estando en capilla, instantes antes de ser llevada al paredón, y que en realidad le sería ocultada a su pequeño durante 17 años.

Su marido, Enrique García, acababa de ser fusilado con otros 42 hombres, negándoles así a conciencia la posibilidad de un último abrazo desesperado, y ella moriría poco después con sus compañeras. Iba a dejar solo a su niño, y él, su futuro, ocupaba todos sus pensamientos en sus últimos momentos de vida.

Con una lucidez admirable, Blanca es capaz de sobreponerse al dolor que la rompe por dentro, y logra en unas líneas regalarle a su hijo un gran legado moral, en el que le transmite la fortaleza y los valores necesarios para que siga adelante y aprenda a vivir sin sus padres, pero manteniendo su justo recuerdo, y además lo hace de manera brillante en el aspecto formal.

Imposible no conmoverse leyendo el texto original escrito por Blanca Brisac ese 5 de agosto de 1939

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